Cuando algo no nos gusta o no nos satisface sino todo lo contrario, es hora de actuar para intentar cambiarlo. Cuando ese cambio parece que es inalcanzable, utópico, irrealizable, porque afecta a muchas personas podemos desanimarnos y decepcionarnos pero debemos, dentro de nuestras posibilidades, hacer lo necesario para provocar el cambio. Como dijo Eduardo Galeano:
«La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, … ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar.»
En el caso del movimiento #nolesvotes, el objetivo parece difícil y sin embargo, lo que se nos solicita, lo que nos pedimos a nosotros mismos, el paso a realizar para avanzar el nuestro camino común es muy sencillo: no votar a aquellos partidos que ignoran los deseos, intereses y necesidades de sus ciudadanos; que están representados, a todos los niveles, por dirigentes que hablan de una manera y actúan de forma contraria; salpicados por numerosos casos de corrupción; por partidos, en definitiva, que no nos representan, fundamento último de la democracia representativa.
Si, además, informamos a la máxima cantidad de personas sobre nuestra propuesta para castigar electoralmente a los partidos que han aprobado medidas como la ley Sinde (“ejemplo de libro” de someterse a grupos minoritarios, las presiones de gobiernos extranjeros e ignorar el interés social y cultural de sus ciudadanos), pondremos nuestro granito de arena para conseguir ese objetivo utópico que, a priori, parece que es el acabar con el bipartidismo.
Usar esta acción en las elecciones municipales y autonómicas no es un castigo injusto a los candidatos municipales o autonómicos de estos partidos. Independientemente de su postura personal, los candidatos del PP, PSOE y CiU han respetado la disciplina de partido y no han denunciado ni se han posicionado en contra de decisiones como la aprobación de la ley Sinde, el “pensionazo”, etc. Lo que es injusto es que eludan sus responsabilidades y las carguen sólo a sus propios compañeros en el Congreso o Senado.